Es un principio que tiene sus raíces en la
filosofía moderna,y que en el ámbito sanitario se introduce como contraposición
al pluricelular paternalismo médico.
Éste tiende a considerar al paciente más como un
sujeto necesitado de ayuda que como un individuo autónomo capaz de tomar
decisiones por sí mismo.
Aparece por tanto como un verdadero límite moral
para las personas que trabajan en ámbito sanitario: les impide tratar a los
sujetos autónomos con menor consideración de la que merecen.
Es la capacidad y libertad de las personas de regir
sus propios actos y tomar libremente sus decisiones.
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